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Por qué Red Bull debe reemplazar a Sergio Pérez con Carlos Sainz en 2025

Por qué Red Bull debe reemplazar a Sergio Pérez con Carlos Sainz en 2025

30 marzo - 12:15
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Norberto Mujica

Cinco veces ha llegado Sergio Pérez en segundo lugar en las últimas veintiún carreras. Quitando las tres de la actual temporada, son sólo tres segundos lugares en las últimas dieciocho pruebas en 2023. No le hace justicia, ni de cerca, a las prestaciones de los últimos coches nacidos de la fábrica de Red Bull en Milton Keynes.

Pérez no es ni consistente, ni lo suficientemente rápido

El mexicano no califica en la primera fila desde el Gran Premio de Miami del año pasado, hace veinte fines de semana de carrera. Una dolorosa cifra que habla por sí sola. Carlos Sainz tiene más poles y más victorias que Pérez en las últimas veintiún pruebas, y esto en maquinaria decididamente menos óptima que la que tiene el mexicano a su disposición. Y si ponemos una lupa sobre las veces que Pérez empezó Grandes Premios desde la posición de privilegio el año pasado hay una circunstancia atenuante: Verstappen no fue un contrincante en ninguna de ellas -Jeddah '23 por fiabilidad, Miami '23 por una bandera roja que le impidió marcar un tiempo-, al mismo tiempo que Sainz ha conseguido vencer al mismo Verstappen en Clasificación, como fue el caso de Monza '23, y el pasado sábado se quedó a las puertas de hacerlo en el Parque de Melbourne.

Esta temporada el español tiene una mejor media clasificatoria que el mexicano en los fines de semana en los que ambos han competido y con su victoria el fin de semana pasado en Albert Park, Sainz ha logrado convertirse en el recipiente de las victorias cuando Max Verstappen tiene problemas. El español de Ferrari ha estado ahí cuando la oportunidad ha surgido y ha capitalizado donde muchos otros han fallado. Además, también ha luchado al tú por tú -y ha ganado- con compañeros de equipo que son vistos como unos de los más grandes talentos de la actual generación como lo son Lando Norris y Charles Leclerc, mientras Pérez sigue a años luz de Verstappen, con la brecha haciéndose más grande con cada año que pasa. Maximizando su rendimiento y creciendo campaña con campay, Sainz ha mostrado una clara línea evolutiva ascendente, al punto que la forma de Pérez parece haberse deteriorado tanto así que termina haciendo poco con mucho, a diferencia del piloto de Ferrari que hace más con menos.

Sainz es versátil, Pérez, en su cuarto año en el equipo, sigue sin adaptarse a los coches Red Bull

Sainz ha competido para Toro Rosso, Renault, McLaren y Ferrari, ganándose una reputación de adaptable, maleable y versátil a pulso, logrando maximizar el potencial de sus coches en la gran mayoría de los Grandes Premios. Cuando el auto está, el español lo aprovecha. Cuando no, lo arrastra a posiciones que no debería ocupar, como en Zandvoort el año pasado por citar un ejemplo.

Esta última aseveración podría hacerse también con respecto a Pérez, pero en el sentido descendente de la clasificación. ¿Que el mexicano hace lo mejor que puede? Por supuesto. ¿Que sus esfuerzos se traducen en un rendimiento equivalente al potencial de sus coches? En absoluto. 

El año pasado tuvo una campaña errática y repleta de incidentes y este año ya empezaron los errores. En Jeddah ejecutó lo que Lando Norris calificó de salida en movimiento, además de saltarse la salida en los pits que le valió una penalización de tiempo y puntos en su licencia. En Australia, mientras su ingeniero, Hugh Bird, le daba información necesaria para preparar su vuelta rápida, el mexicano fue sorprendido por Nico Hulkenberg embalado en la suya, y terminó obstaculizando al alemán, recibiendo otra penalización -la segunda en el mismo número de fines de semana-, esta vez de tres puestos en la parrilla para el Gran Premio. Piloto e ingeniero se cuidan las espaldas mutuamente. Si bien Bird lleva parte de la responsabilidad, quien también careció de agudeza mental y no usó sus espejos fue Pérez.

La competitividad a lo largo de la parrilla exige una pulcritud constante a los pilotos. Es ahí también donde ‘Checo’ pierde y Sainz demuestra su valía, con el madrileño logrando juntar actuaciones, sesión tras sesión, que resultan en la máxima cantidad de puntos posibles tanto para él como para el equipo, y aún más importante, es capaz de hilar estos fines de semana uno tras otro. Tanto es así, que de no haber sido por su apendicitis, el español podría estar liderando el Mundial de Pilotos tras las tres fechas que se han corrido en lo que va de la temporada actual. En el caso de Pérez, cabe hacerse la pregunta: ¿Por qué no es él el actual líder del mundial?

Sainz tiene carisma en los medios, mientras que Pérez ha llegado a ser, en ocasiones, un desastre de Relaciones Públicas 

Los deberes del puesto que ocupa Pérez en Red Bull Racing vienen con mucha presión y el mexicano, muchas veces, no ha sabido cómo manejarla. Desde el exabrupto en la radio en Barcelona ‘22, hasta los reportes de su choque supuestamente intencional en Mónaco, su rumorada petición de ganar el GP de México, y su muy vocal reproche a su compañero holandés tras el GP de Brasil del ‘22 son varias de las declaraciones polémicas de Pérez en su estancia en Red Bull. 

Con candidaturas al título ingenuamente prematuras, declaraciones desafiantes con respecto al equipo y a Verstappen, acciones cuestionables en pista (Sprint de Austria, Singapur, Japón, Qatar, Abu Dhabi -todas estas sólo de 2023-, entre otras), e incluso asegurando a los medios tras el Gran Premio de Australia de la semana pasada que Verstappen "absolutamente" habría cedido la victoria incluso sin el DNF que registró el holandés -Verstappen le sacó nueve décimas a Sainz en la primera vuelta y fue capaz de mantener el ritmo del español incluso con los problemas de frenos que experimentó desde el inicio de la carrera-, palabras que supieron más a un intento de control de daños en torno a su figura que a una respuesta objetiva y con mesura, ‘Checo’ ha demostrado carecer de la inteligencia emocional y el tacto a la hora de expresarse por la radio o con la prensa. También su pobre desempeño ha disparado rumores infundados que cuestionan, erróneamente, si Verstappen y su contraparte mexicano gozan del mismo material.

Por su parte, Sainz, siempre ha logrado mantener la compostura incluso en tiempos tan volátiles como los que ha vivido en la escudería desde 2022 con los errores estratégicos y operativos, la falta de fiabilidad, las decisiones desde el pitwall que perjudicaron sus esfuerzos individuales en 2023, y terminando, hasta ahora, con su subsecuente reemplazo en beneficio del británico, Lewis Hamilton, quién se unirá a las filas italianas desde el año que viene. El español ha sabido sortear estas difíciles situaciones con la gracia y la entereza que le enaltecen, y que a su vez ayudan a desescalar dichas situaciones, quitando presión innecesaria y tensión de los hombros del equipo.

Con Sainz, tanto Verstappen como Red Bull no harán sino acelerar

Verstappen nunca ha sido puesto bajo presión por Pérez. El holandés está “cómodo” en Red Bull Racing. Tiene una ética laboral impresionante, y él se reta y se desafía a sí mismo para siempre estar en constante evolución, pero del otro lado del garaje austriaco hay un piloto al que ha dominado sin siquiera intentarlo, ya que el mexicano ha desaprovechado y tirado al traste el potencial de sus coches por su propia cuenta. 

Cuando Pérez, por jerarquía de rendimiento de los coches, debería ser el que fin de semana tras fin de semana esté justo detrás de Verstappen, la realidad dista mucho de lo ideal. El mexicano está, en la vasta mayoría de los casos, corriendo en carreras distintas a las de su compañero de equipo, y con Ferrari llamando a la puerta de Red Bull y empezando a colarse entre ambos RB20, no da buenas sensaciones de cara a una posible renovación del contrato de Pérez.

Durante su estancia en la escudería con base en Milton Keynes, además, ha reiterado continuamente sentir una incomodidad ineludible a los mandos de los coches del constructor austriaco. Si Pérez no se adapta a la filosofía de los coches de Adrian Newey, ¿Cómo puede, entonces, ayudar con el desarrollo de los mismos? ¿Sería justo decir que Red Bull no obtiene de su segundo piloto todo lo que debería?

Habiendo ya tocado el tema de la maleabilidad de Sainz, esto es particularmente relevante en este caso porque el español ya ha probado tener la velocidad necesaria para correr al extremo filoso de la parrilla en distintos coches. En adición a esto, también tiene la reputación de dar feedback preciso y comprensivo, a tal punto que parece un ingeniero más. Esto, aunado a su versatilidad, optimizaría aún más el programa de desarrollo de Red Bull, cosa que con los equipos rivales acercándose tanto como lo están haciendo, es un factor clave, no sólo para ayudar a asegurar ambos títulos el año que viene, sino a la hora de empezar la nueva era con el pie derecho, con el cambio de reglas en torno a las Unidades de Potencia y los chasis de 2026 a la vuelta de la esquina. 

Los beneficios que obtendría la escudería austriaca de reemplazar a Pérez con Sainz son tan variados como numerosos, y en la cara de una realidad tan clara, con un mercado de pilotos tan volátil como se está perfilando el actual con los contratos de tantos pilotos expirando este año, dejar ir a Sainz representaría una oportunidad perdida que podría pasarle una pesante y muy costosa factura a Red Bull Racing.