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En Imola pudo haber empezado el inicio del fin de Sergio Pérez en Red Bull

Choque, grava y miseria | Imola vió el inicio del fin de Checo en Red Bull

21 de mayo en 10:00
  • Norberto Mujica

¿Estamos en el ‘23? Ciertamente parece así en Red Bull. El auto 1, sin importar las circunstancias, se las inventa para seguir acumulando poles y victorias, aunque sin la facilidad del año anterior. Del otro lado del garaje, el auto 11 le perdió la pista a una temporada que empezó razonablemente bien, pero que ahora parece haberse torcido, y con McLaren y Ferrari llamando a la puerta, esto puede tener consecuencias severas para las aspiraciones del equipo austriaco de defender ambos títulos.

Deja Vu

Sergio Pérez ha tenido un fin de semana paupérrimo en el Circuito Enzo e Dino Ferrari. El inicio de la temporada no fue tan bueno como el de la temporada pasada, pero desde Red Bull, quizá por apoyar al mexicano, salía una narrativa de que sí era ese el caso. Pérez ha sido miembro del equipo desde el ‘21 y como tal, con todo el caos que existe en Red Bull era natural que la dirigencia del equipo quisiera dar una impresión de continuidad y cerrar el ciclo del reglamento actual con la misma alineación de pilotos.

Desde Australia, sin embargo, el mexicano ha tenido un rendimiento inconstante y muy por debajo de la media establecida por su compañero de equipo. Max Verstappen cuenta con cinco victorias, un segundo lugar (gracias a la improbabilidad de que convergieran un groso error de la FIA, otro de igual magnitud del box de McLaren y el último, idéntico en dimensiones, del propio Verstappen) y un abandono mecánico.

Los sábados, el Holandés Volador también es igual de aplastante. Su pole en Imola igualó el récord de poles consecutivas (8) establecido por Ayrton Senna. La inconsistencia persiste en el mexicano durante la Clasificación, con sólo dos largadas en primera fila registradas a su nombre en lo que va del año, y la tercera desde Miami 2023. 

El fin de semana de carreras en Emilia Romagna fue un oscuro deja vu para Pérez, que tenía “2023” plasmado por dónde se le viera. Siempre estuvo fuera del ritmo, además, el sábado en la FP3 se comió el bordillo en la variante alta resultando en un choque bastante torpe, y más tarde en la Clasificación fue eliminado en Q2. El domingo estuvo muy lejos de la punta como para ser relevante en la carrera e incomodar a las Ferrari y los McLaren para aliviar la intensa presión que vivió Verstappen luchando sólo contra otros cuatro autos ansiosos de verlo caer. ‘Checo’ terminó en P8 a 53.776 segundos de Verstappen, casi una vuelta de distancia.

Dos opciones: rendir mejor, o despedirse de Red Bull en Abu Dhabi

Existe la creencia en el paddock que Verstappen es, al menos tres décimas más rápido que Pérez. Encima de esto, las áreas de oportunidad de Pérez son varias. No se adapta al auto, su rango de conducción es limitado, no puede explotar los puntos fuertes del RB20 porque no está cómodo con el comportamiento de su máquina cuando esta opera en su ventana óptima de funcionamiento, y su falta de comprensión del auto, confirmado esto por el hecho de que se ha resignado a usar la configuración de Verstappen, entre otras, sólo acrecientan esa brecha.

Las diferencias entre Lando Norris, Lewis Hamilton, Charles Leclerc, Carlos Sainz, Oscar Piastri y el Holandés Volador, son entre menos de una décima y décima y media. El mexicano simplemente está muy lejos. Debe acelerar, seguro, pero con los factores que le impiden sacarle partido a su coche, es casi imposible. Encontrar una décima y media más, o dos, de rendimiento es muy difícil, y tampoco es el caso que los demás se queden quietos y dejen de evolucionar.

Red Bull Racing necesita a un segundo piloto que aparezca en los momentos de dificultad, no uno que se derrumbe bajo la presión, convirtiéndose en parte del problema. El segundo coche debe ser una herramienta que ayude solventar las complicaciones.

Una salida en el descanso estival no es descabellada

El año pasado los errores de Pérez fueron disimulados por el dominio del RB19, y por la incapacidad de los otros equipos de alcanzar a Red Bull. Sin embargo, en el presente año McLaren ya alcanzó al constructor austriaco, Ferrari está cerca de hacerlo, y en Mercedes pronostican que se tardarán tres carreras en juntarse a la lucha en la cima.

En Imola, el pasado fin de semana no hubo nada que disminuyera la gravedad de sus fallas ni lo deslucido de su rendimiento. Para ponerlo en contexto, Lewis Hamilton en el enigmático W15 tenía más de una parada en pits de ventaja sobre Pérez al final de la carrera.

Si no cumple en Clasificación, si no cumple en carrera, y si continúa cometiendo errores, entonces podrían activarse cláusulas contractuales reportadas por el usualmente bien informado y reconocido reportero, Joe Saward, que subirían a Daniel Ricciardo al segundo asiento de Red Bull, sentarían a Liam Lawson en el asiento vacante de Visa Cash App RB y dejarían a Pérez fuera de acción por el resto de la temporada en un papel de reserva. 

Esto no es del todo descabellado porque Ricciardo -al parecer lento pero seguro- y los demás equipos de punta han empezado a subir el ritmo. Con la recuperable ventaja de Red Bull en el Campeonato de Constructores -56 puntos con Ferrari- y la diferencia de Verstappen en el Mundial de Pilotos con su más cercano perseguidor siendo aún menor -sólo 48 unidades lo separan de Charles Leclerc- no toma mucha imaginación para pensar que, con diecisiete carreras, cuatro fechas Sprint, todos los puntos que representan, y los dos títulos que hay en juego todavía, depender de Pérez -quien perdió la P2 en el Mundial este fin de semana en Imola- para que ayude a continuar la racha de éxito de Verstappen y de Red Bull parece, de momento, una muy mala apuesta.

Se viene la noche para el mexicano, y después de que pase, podría ser el caso que su carrera en la F1 se encuentre con un muro inexpugnable.