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Mercedes necesita mucho más a Adrian Newey que a Max Verstappen

Mercedes necesita mucho más a Adrian Newey que a Max Verstappen

10 mayo - 07:40
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Norberto Mujica

Toto Wolff quiere fichar a Max Verstappen -para el disgusto de Oliver Mintzlaff, CEO de Red Bull GmbH-. El austriaco ha estado intentando que el neerlandés deje Red Bull Racing y se una a Mercedes, desde que el piloto campeón del mundo abriera la puerta a una posible salida del constructor austriaco, también campeón del mundo y actualmente sumido en un caos administrativo desde Febrero. Sin embargo, Wolff debería fijar sus miras en otro objetivo: El mejor diseñador de la historia, Adrian Newey.

Entendible por qué Wolff quiere a Verstappen

Más allá de gustos, lealtades y demás, hay que reconocer que Verstappen es el mejor piloto de la categoría. El neerlandés, aunque no es infalible, como su error en Miami nos mostró -¿Estará la situación en Red Bull afectando al tricampeón del mundo por fin?-, siempre consigue evolucionar.

Seis poles en seis Grandes Premios, cuando es conocido que el fuerte del RB20 no es el ritmo a una vuelta, sino el rendimiento en la carrera, es un gran avance en esta área para Verstappen, y poco a poco empieza a consolidarse como el mejor los sábados también. 

Los mejores extraen el mayor rendimiento posible de sus máquinas, pero no hacen magia, a pesar de que así lo parezca. Verstappen es conocido por siempre sacar el mejor resultado posible los fines de semana de Gran Premio, sea P1, P2 o P5. Cualquiera que sea el mejor resultado posible, el tricampeón del mundo lo conseguirá.

¿Podría Verstappen conseguir mejores resultados en el W15, de lo que George Russell y Lewis Hamilton son capaces? ¿Podría el talento y el vasto rango de conducción del piloto del auto número 1 ayudar a Mercedes a salir del hoyo? Seguramente Wolff se hace estas preguntas también. Pero, como Verstappen le dijo en Miami, necesita construir un mejor auto si quiere hacerse con sus servicios.

Verstappen es genial, pero sin un auto capaz…

Red Bull recientemente renovó los contratos de Pierre Waché, Enrico Balbo y Ben Waterhouse, Director Técnico, Jefe de Aerodinámica y Jefe de Ingeniería de Rendimiento respectivamente, hasta 2027. Pero hace una semana anunciaron la salida de Adrian Newey del equipo, el diseñador responsable de tanto los éxitos pasados del constructor austriaco y de la forma dominante que ha podido desplegar a lo largo de los últimos 2 años y medio de la era actual.

Ese dominio se está viendo mermado por su falta de contribución. Tras el anuncio del adiós de Newey, ha habido una narrativa en la cual su input disminuyó dramáticamente para la concepción y construcción del RB20. El mundo lo dejó pasar, pero en la revelación del coche en Milton Keynes, Newey se preguntaba si el coche era muy conservador, y aseguró estar preocupado.

Menos de tres meses después y el RB20 no fue el más rápido en pista. En Miami, el MCL38 fue el más veloz, aún cuando Lando Norris, eventual ganador del Gran Premio declaró que las condiciones en Florida no le sentaban bien a su coche. Red Bull ha programado llevar mejoras a Imola, la segunda actualización de rendimiento en siete fines de semana de Gran Premio. Red Bull está bajo presión, y todo apunta a que Newey tenía razón en estar preocupado.

Hablando de los coches Red Bull de esta generación, Newey ha dicho modestamente que él se encargó del suelo, las suspensiones delantera y trasera y de algunas partes y piezas aquí y allá. La suspensión delantera se encarga de marcar cómo el auto interactúa -y desea interactuar- con el flujo del aire. Es decir que él sentó las bases conceptuales del auto. Helmut Marko también confirmó esto al reaccionar a la marcha del gurú británico

El diseño de la suspensión trasera es una de las razones por la cual Red Bull nunca tuvo problemas con el porpoising, pero su brillante concepto interpretativo del suelo también fue esencial para lograr esto. Bajo las reglas del efecto suelo, el coche genera la mayor cantidad de carga aerodinámica con el suelo, pero Newey inteligentemente sacrificó una parte de la carga aerodinámica generada debajo del auto, para evitar el violento y repetitivo golpe, que además cuesta mucho rendimiento.

El W13 bien pudo haber sido de los coches más rápidos de la era actual, pero este defecto, y la falta de un genio como Newey que contribuyera con la solución necesaria para hacerlo funcionar -que es otra de las cosas que hacía en Red Bull, hacer que las ideas del equipo técnico funcionaran-, obligaron a Mercedes a cambiar de rumbo, y también tuvo como consecuencia la desaparición de Mike Elliot de la estructura del equipo de carreras alemán.

El rol de Newey encajaría perfecto en Mercedes, ya que al diseñador nacido en Sudáfrica le gusta gozar de mucha flexibilidad laboral, y gracias a su rica intuición puede hacerlo. No necesita estar en la fábrica día y noche. Puede asesorar con el proceso de diseño y desarrollo remotamente sin ningún inconveniente. Este tipo de ayuda, sin lugar a dudas, sería algo que a James Allison le vendría muy bien. El hombre ex Ferrari es brillante, pero es claro que necesita la ayuda con la que Waché hasta hace poco contaba, y que en el futuro seguramente echará mucho de menos.

Newey puede ser la clave para llegar a Verstappen

El neerlandés no podría ganar como lo hace la mayoría de los fines de semana si no tuviera un coche capaz de hacerlo, ya que no puede extraer un rendimiento que el auto no tiene para dar, es así de simple. En este sentido, tiene lógica que Verstappen le pida a Wolff que mejore el rendimiento de su auto, y el mejor hombre para hacerlo es Newey. Si el sagaz jefe de equipo austriaco puede hacerse con el fichaje de Newey, entonces Verstappen se verá más tentado a firmar. 

A pesar de lo que diga el neerlandés en torno al actual equipo técnico de Red Bull Racing, el cronómetro está confirmando lo que Newey declaró en Milton Keynes hace casi medio año. El RB20 es muy conservador y con McLaren y Ferrari metidos en su caja de cambios, incluso Verstappen ya debe estar preparándose para ensuciarse las manos porque, entre sus perseguidores y el caos en Red Bull, el título de 2024 ya no se siente tan asegurado como a principios de temporada.