Su apellido simboliza una rica historia en el automovilismo, y en la Fórmula 1 en particular. Con sus tres títulos mundiales de F1 y la propiedad del equipo homónimo, su padre Sir Jack Brabham es uno de los auténticos iconos de este deporte. El propio David también compitió en las categorías más altas del automovilismo, pero sus principales éxitos fueron en las carreras de resistencia. Hoy en día, entre otras cosas, es jefe de equipo de su propio equipo de deportes electrónicos.

Hay que reconocer que al principio a David Brabham (57) no le gustaban especialmente los juegos, dice en conversación con GPblog. Durante su época como piloto en activo de Acura, el australiano pasó mucho tiempo en un simulador. " Era trabajo", recuerda. "Y como, obviamente, estábamos estudiando cómo podíamos expandir la marca (Brabham Automotive) y entrar en otras áreas y otros grupos demográficos para que la gente conociera lo que es Brabham. Nos pareció que los deportes electrónicos eran un buen lugar donde estar".

Recuerdos del pasado

Según la experiencia de Brabham, sí que se ha llegado a un público nuevo. "Hay mucha gente que se dedica a los deportes electrónicos que quizá no conozca la historia de Brabham. Lo que hemos descubierto es que el hecho de que estemos en los deportes electrónicos es un gran tema para los comentaristas y la gente habla de ello. La decoración que utilizamos en los deportes electrónicos se remonta a la época de mi padre, ya sabes, el verde y el dorado y el azul y el amarillo de los coches de Fórmula Uno. Es un tema del que se habla. Además, veremos que el equipo está mejorando y que los resultados son cada vez mejores, y estamos aprendiendo sobre la marcha para ver cómo podemos mejorarlo."

Brabham se puso al volante en algunas carreras de esports durante el cierre de Covid, por ejemplo, cuando compitió contra pilotos de la talla de Fernando Alonso y Sebastian Vettel en "The Legends". Así que sí, a estas alturas Brabham se ha convertido en un fan de los deportes electrónicos. "Da a la gente la oportunidad de competir quizás contra algunos de sus héroes, lo que obviamente ha ocurrido. Obviamente, con Max Verstappen haciéndolo, yo diría que brevemente este año, es algo muy importante para muchos de estos chicos poder estar en la misma pista, algo que nunca podrán hacer en el mundo real, pero que en el mundo virtual consiguen saborear."

Trabajo en curso

Según Brabham, los deportes electrónicos son todavía un trabajo en curso. Hubo problemas técnicos durante las últimas 24 Horas Virtuales de Le Mans, en las que Verstappen decidió abandonar. "A nosotros también nos pasó. Es un trabajo en progreso y quiero decir que vas a estas carreras sabiendo que algo así puede pasar. Creo que si vas con la actitud de que todo debe ser perfecto en el mundo virtual cuando vas a correr, no lo estás viendo de la mejor manera porque te vas a enfadar cuando pase algo, que es lo que le pasó a Max."

Brabham continuó: "Y si entras con una actitud diferente para saber que ésta es una industria en crecimiento, hay baches en el camino. Formas parte de ese proceso inicial, estando en el viaje con todo el mundo aprendiendo. Obviamente, ellos (los organizadores) están aprendiendo a tener servidores de copia de seguridad. Están aprendiendo a gestionar todo el back end de ese clic desde un servidor en un país a otro país. Es un campo de minas, de verdad".

Respeto por la pasión y el esfuerzo

En el mundo "real", Brabham ganó tres veces las 24 Horas de Le Mans, así que estos días él y su equipo de esports compiten en la versión virtual. " Es literalmente como una mini Le Mans", reflexiona sobre la última edición. "Aunque he estado en ese entorno en el mundo real, verlo en el mundo virtual realmente demostró cuánta pasión, cuánto esfuerzo y cuánto dinero gasta la gente en ese espacio para dar la oportunidad a todos estos pilotos de participar en un campeonato prestigioso y, obviamente, en las 24 horas de Le Mans".