¿Qué aprendió Newey del dominio de Mercedes? "Tener motores decentes".

Desde 2007, Red Bull Racing trabajó con Renault en la Fórmula 1. El proveedor francés de motores suministró fuentes de energía a la escudería con sede en Milton Keynes hasta la temporada 2018 inclusive, tras la cual ambas partes se separaron en un disputado divorcio. Adrian Newey habla de dónde fueron mal las cosas en la relación. Cita 2015 como un momento clave, aunque Red Bull siguió trabajando con Renault durante tres años más.

Cuando en el podcast Hablando de Bull se le pregunta a Newey, qué aprendió del periodo en que Red Bull tuvo que dejar los títulos mundiales a Mercedes, responde sin pensárselo mucho "¡Tener motores decentes!"

De la alegría por el motor Renault a la insatisfacción

Entre 2010 y 2013, la formación austriaca con Sebastian Vettel ganó cuatro títulos mundiales seguidos, utilizando un motor Renault V8. "Teníamos una gran relación con los ingenieros de Renault. Creo que es justo decir que no tenían el V8 más potente, pero era un producto que adaptaron a nuestro coche. Teníamos algunos requisitos particulares, sobre todo la forma en que utilizábamos el escape. Hicieron todo lo posible para maximizar lo que necesitábamos del motor".

Y con éxito, pero a partir de 2014 todo cambió. La era híbrida despegó y en ella Renault resultó 'haber errado el tiro' considerablemente. "Pasamos entonces a la era híbrida. Renault, el primer año, no interpretó la normativa tan bien como Mercedes. Estábamos muy por detrás. En el primer año lo aceptas", dice Newey. "Todos cometemos errores, chasis, motor. Con las nuevas normativas puedes acertar o equivocarte. Ellos se equivocaron. Hicieron muchas promesas de solucionarlo para 2015. Cuando el motor al principio de la 15 parecía peor que el de la 14, fue un momento de bastante disolución".

Red Bull decepcionado

En los primeros meses de 2015, Christian Horner, Helmut Marko y el propio Newey visitaron Renault. Red Bull quería respuestas a una serie de preguntas y tener la certeza de que se producirían mejoras. "No recibimos muchas garantías de que existiera un deseo real de solucionarlo. La verdad es que fue un momento bastante deprimente. Entonces te das cuenta de que, en un futuro previsible, si haces un trabajo espectacular puede que consigas alguna victoria aquí o allá, pero nunca vas a ganar el campeonato. Así que fue un reinicio".

Cambiar rápidamente de proveedor de motores era imposible en aquel momento, ya que Mercedes y Ferrari no estaban dispuestos a suministrar unidades de potencia a un competidor directo y Honda tenía sus propios problemas importantes con McLaren en aquel momento.

Para los hombres de Red Bull, todo supuso un duro revés, pero mantuvieron el ánimo. "Pero forma parte de la vida. Uno de los puntos fuertes del equipo es que agachamos la cabeza y superamos ese periodo, de modo que cuando volvimos a tener una buena unidad de potencia con nuestra asociación con Honda, pudimos responder", concluye Newey su relato.